Propuesta Nuevo Modelo de Formación Profesional
28 septiembre, 2015
Entrevista a Alberto Unzurrunzaga en el periódico “Cinco Días”
Durante los últimos meses se está llevando a cabo un profundo debate sobre el modelo de Formación Profesional, Formación Continua y la forma de conciliar ambas en España. Un nuevo reto como país es tratar de aproximarnos a los niveles de cualificación técnica de otros países de la OCDE, al encontrarse la media española en inferioridad respecto al resto del país en cuanto a los niveles de formación profesional.
Por ello los caminos y pasarelas entre las titulaciones regladas, las cualificaciones y los certificados de profesionalidad, junto con la acreditación de la experiencia profesional, deben ser instrumentos para avanzar hacia una sociedad más productiva. La razón principal de estos sistemas es que generen un retorno favorable hacia una sólida integración en el sistema productivo, aumentando la eficiencia del mismo en un mundo dónde la revolución tecnológica actual precisa de una actualización del gap tecnológico existente.
En el año 1992 se firmó el acuerdo entre CEOE y los dos sindicatos mayoritarios UGT y CCOO para generar un sistema de formación continua por el que las empresas financiaban a través de las cotizaciones sociales el 0,6% y los trabajadores el 0,1% de forma finalista; es decir, orientada a ocupados. El objetivo del acuerdo era crear una vía que garantice una formación práctica para ayudar a los trabajadores ocupados a mantener sus conocimientos a la vanguardia evitando la depreciación del capital humano con una formación continua a la par del desarrollo tecnológico. Por tanto, si los agentes sociales deshicieran este acuerdo, los fondos tendrían que revertir en las empresas y los trabajadores para su formación.
Después de varios años de funcionamiento de este modelo no se ha logrado aumentar la competitividad de España
Situada en el puesto 35 del Ranking según el Foro Económico Mundial 2014 y que se encuentra por detrás de países como Omán, Estonia o Chile. Para establecer una comparativa en este aspecto: en Alemania, con una población activa tres veces mayor que la española, reciben cursos de formación la mitad de la población ocupada mientras que en España sólo reciben formación un tercio de la población de forma anual.
En España se podría haber mejorado la competitividad pero más de dos tercios de la recaudación se ha dirigido a la formación de parados y no de población ocupada. Esto impide actualizar los conocimientos de la población ocupada que ve limitada sus conocimientos ante el continuo desarrollo tecnológico en el que nos encontramos inmersos.
Por consiguiente debemos reflexionar y diferenciar las fuentes de financiación para la formación: financiación para la población ocupada, financiada mediante el sistema anteriormente mencionado y la financiación para población en desocupada, que debería ser financiada por los impuestos generales. Además este sistema ha sido un camino hacia la corrupción en las Comunidades Autónomas, aumentando aún más su ineficiencia.
El mercado de trabajo ha cambiado, y a gran velocidad, y estas competencias no han sido actualizadas
El elemento gordiano del sistema de Formación Profesional son las cualificaciones profesionales. Al principio de la pasada década tuvo lugar un proceso en el que se decidieron las competencias de cada ocupación, finalizando el año 2005. Desde entonces, el mercado de trabajo ha cambiado sustancialmente y estos contenidos no han variado, provocando que nuestro sistema de Formación Profesional se encuentre camino a la obsolescencia. Es por ello por lo que debe diseñarse un sistema que produzca una evolución y mantenimiento más rápido con la colaboración tanto de empresas privadas como del sector público; siendo clave el que las bases de la formación estén más próximas a los puestos y subsectores a los que se dirige.
La falta de flexibilidad del sistema para permitir la evolución de los cursos de formación debe hacernos reflexionar como país y buscar algún sistema con el que los módulos evolucionen en el tiempo con la rapidez con la que se produce en determinados ámbitos como el tecnológico que sigue la velocidad del AVE, frente a la lentitud de los sistemas burocráticos que parecen seguir yendo en trenes del siglo XIX. Esta ineficiencia generada por la diferencia de tiempos entre el desarrollo existente y su difusión en los cursos de formación genera que el gasto realizado en Formación Profesional sea parcialmente improductivo al encontrarse ciertos conocimientos adquiridos lejos de las necesidades del mercado de trabajo.
La crisis y la falta de recursos no debe ser la excusa para paralizar este sistema ya que, si no hay recursos, se pueden utilizar los del 0,7 por ciento puesto por empresas y trabajadores para financiarlo e impulsarlo, ponderando e igualando la participación de las empresas respecto a los profesionales de la Formación Reglada; fomentando así la formación de acuerdo a las competencias y necesidades reales del mercado de trabajo. De esta forma tendremos dos sistemas: uno reglado, la Formación Profesional y otro, los Certificados de Profesionalidad desde el ámbito de trabajo.
La Formación Profesional la debemos acercar cada vez más al saber hacer de los puestos de trabajo y buscar las fórmulas que flexibilicen los sistemas de Formación para que los fuertes cambios que se están produciendo en la sociedad puedan impregnar los títulos de Formación Profesional.
Uno de los retos a los que nos enfrentamos actualmente es la Formación dual. España, por su estructura empresarial de pequeñas empresas dificulta su implantación ya que apenas hay escala suficiente; aunque tampoco se ha dado en grandes empresas porque los sistemas de cualificaciones se han hecho de espaldas a estos sectores. El Sector de la Restauración Moderna, único de empresas grandes dentro del Sector de la Restauración, junto con las colectividades de empresas apenas tienen espacio para incidir en sus necesidades dentro de los títulos de Formación Profesional acorde a sus necesidades porque no se pudieron hacer cualificaciones con una base que recogiese nuestras necesidades. Estos sectores que aglutinan a más de 200.000 trabajadores siguen creciendo en importancia en la Restauración pero la Formación dual apenas se ha introducido en estos, si bien en estas empresas se puede hacer carrera profesional y continuar aprendiendo.
La experiencia laboral por sí misma es un valor del reconocimiento de las competencias adquiridas en el trabajo que, en países como Holanda, Bélgica o Alemania, es valorado desde la Formación Inicial hasta los títulos universitarios en cualificaciones técnicas. Este sistema apenas ha funcionado en España y se ha intentado introducir únicamente de forma experimental. En el sector al cual represento hemos conocido casos prácticos en Valencia o Barcelona pero nos hemos visto bloqueados con la divergencia de los contenidos de los Certificados que se han diseñado lejos de la realidad del sector. Debemos reflexionar sobre la validez de un camarero o un gerente con más de cinco años de experiencia si se le puede reconocer la formación recibida y desarrollada en su empleo a través de un Certificado e incentivar a mejorarla a mediante la formación.
Suponer que la población que inicialmente ni estudia ni trabaja pudieran empezar a trabajar y recibir formación de forma simultánea, reconociéndoles la experiencia que vayan adquiriendo, probablemente consiguiéramos reinsertar en el mundo laboral a la población en paro y mejorar el capital humano al mismo tiempo.
Finalizamos comentando un evento histórico en este ámbito: en el año 2004 solicitamos la necesidad de crear un subsector de la hostelería junto con unas titulaciones nuevas de Formación Profesional, logrando 9 años después la aparición de nuevas titulaciones lejanas a nuestras necesidades. Nos involucramos en los diferentes procesos para sacarlos adelante pero con un resultado bastante corto y no satisfactorio. En todo este tiempo hemos continuado trabajando en este área y estamos terminando de desarrollar un máster para nuestros gerentes ya que el sector público no ha conseguido dar una solución a nuestras necesidades.
Vía: cincodias.com